Pasar al contenido principal
Museo Nacional Estancia Jesuítica de Alta Gracia y Casa del Virrey Liniers

NUEVO SANTIAGO DE LINIERS

El artista Andrés Silva Sle recrea la figura de Santiago de Liniers inspirándose en los retratos exhibidos en ¿SOY LINIERS? Su cuadro interpela la idea de “retrato histórico tradicional” desde una estética contemporánea

¿SOY LINIERS? es una exposición del Museo Nacional Estancia Jesuítica de Alta Gracia y Casa del Virrey Liniers, la cual puede visitarse hasta marzo 2024. La obra de Andrés Silva Sle se suma a la experiencia que significa recorrer la muestra como “obra invitada”.

El artista nació en Alta Gracia. Desde muy pequeño se inició en el camino del dibujo y la pintura en talleres particulares, recorrido que lo llevó a estudiar la Licenciatura en Pintura en la Escuela de Artes de la Universidad Nacional de Córdoba. En esta entrevista Andrés cuenta cómo se inspiró y creó su “Retrato de Santiago de Liniers”.

¿Cuál fue tu primera impresión en ¿SOY LINIERS?

Desde el momento que entré a la sala supe que algo estaba por descubrir y que tenía que ver con mi trabajo. La exhibición del Museo reúne varios retratos de Santiago de Liners, el Virrey que vivió sus últimos meses en esta Estancia antes de su fusilamiento en 1810. Ahí me pregunté: ¿qué tiene que ver esta muestra con mi pintura? Desde la figura retratada, pienso que ninguna, pero desde el tema "retrato”, diría que mucho.

¿Cómo imaginabas tu Liniers?

Si veo hacia atrás y observo mi obra completa, el “retrato” siempre aparece en mis cuadros, incluso en series donde el tema principal no fue justamente ese. Al observar estas obras, no dude en imaginar cómo sería un Liniers pintado por mí. Lo imaginé lleno de color, con líneas y planos superpuestos. Sería un Virrey que nada tiene que ver con la visión de los pintores de otros tiempos y del viejo mundo. Sería más un Liniers del nuevo siglo 21.

¿La inspiración comenzó mientras contemplabas la exhibición?

Sí. Miré el retrato de Paul Émile Chabas, un típico retrato francés, y también no perder de vista los otros retratos. Todos ellos fueron mis modelos para la obra. Les tomé fotografías con mi teléfono celular. Ya en casa exploré algunos más en Google, imágenes que tuve en cuenta también para desarrollar mi versión del Virrey. Luego empecé a bocetar con mis materiales. Dibujar directamente al óleo pastel siempre me ha dado mejores resultandos. Comencé a superponer líneas de colores, pintar planos y volver a remarcar. Así es el método artístico para mí, procesos creativos que realizo en hojas blancas o en cartón gris, mi favorito.

Un hacer y volver hacer… y de todos los bocetos, ¿elegís uno en particular para pintar el cuadro?

Ya con los bocetos en mano e imágenes voy construyendo la figura de Liniers sobre el lienzo, en esta primera etapa defino la figura con sus rasgos y defino los planos del fondo directamente con pincel. En una segunda etapa voy pintando la totalidad del lienzo en grandes planos de colores vibrantes, yuxtaponiendo pinceladas, manchas y líneas. En una tercera y última etapa defino detalles del contorno de la figura y fondo, y remarco el color de su rostro y en la totalidad del cuadro.

¿Cuándo concluye el proceso creativo de un retrato?

Al observar la obra. Cuando al verla ya no imagino otra paleta de color para un Liniers de este siglo. Azul, rosas, violetas, amarillos y naranjas son los colores elegidos para retratarlo. Figura controversial, protagonista de una parte de nuestra historia nacional, cuyo resultado es el retrato de un Liniers de “estética urbana”. Está inmerso en un fondo psicodélico con líneas y rayos que lo envuelven, junto a alguna referencia arquitectónica de la Estancia. Formas que hacen renacer la figura como si fuera un personaje de estos tiempos.